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Herida leve, vuelta a lo grande

Todo comenzó como se esperaba. El chandal manchester city 22 23, como equipo de Guardiola, con la pelota y jugando desde atrás. El Atleti, como equipo del Cholo, en bloque, a la espera del error, de la contra, sin fisura. Los dos entrenadores como diciéndole al otro ese estribillo de Oasis. Don’t you know you might find a better place to play? (¿No sabes que podrías encontrar un lugar mejor en el que jugar?)Las pizarras chirriando como placas tectónicas en su roce.

Simeone sorprendió con la inclusión de Vrsaljko, De Paul en el banco, Pep con De Bruyne en todas partes. El Atleti, en su encierro, era solo pases en largo en busca de carreras a ningún lugar de João y Griezmann. Enseguida las detenía el City. Un chandal manchester city 22 23 que tocaba y tocaba buscando fisuras a ese equipo encerrado en su campo. Cancelo iba sumando metros por la derecha. El primer uy fue suyo. Un disparo desmadejado entre piernas entrometidas como hachas. Al agua que caía del cielo se sumaba la del cuero, la del balón, la de Guardiola. Sólo le faltaba una cosa: rematador para tanta lluvia de centro lateral.

You ain’t ever going to burn my heart out (nunca vas a quemar mi corazón). Eso parecía gritar el chandal manchester city 22 23. Robarle el balón, el mando. La presión adelantada, suya. La recuperación tras pérdida, suya. Las jugadas, las intenciones. El balón era un espejismo en botas rojiblancas, incapaces de tres pases seguidos. La presión del City en sus cuellos, en sus botas, como bridas. Todo pasaba ante Oblak. 20 hombres a sus pies. Los suyos, los rojiblancos, sin perder un centímetro de posición, graníticos, autobús, ordenados en un 5-5-0. Los otros, los rivales, toca que toca. La musica del partido en la antípoda del rock. Patrocinaba Danacol. En el Ciudad de Mánchester sólo había defensas.

Logró escapar el Atleti a la presión inglesa dos veces, dos contras, las dos con idéntico final: ninguno. João corría solo, Lodi no encontraba a Grizi. El toque del City se convirtió en parsimonia en ese ejercicio desesperante de estamparse en el muro una y otra vez. Y otra. Reinildo era el hombre, tapa que tapa. La pizarra que mandaba era la del Cholo. La primera parte llegó sin remates a puerta. Guardiola sin un ‘9’ puro entre todos sus cromos. El Cholo porque, en 45 minutos, sus hombres hilaron sólo 20 pases en campo contrario. Era heórico mirar el partido y no sucumbir al bostezo.

But don’t look back in anger (pero no mires atrás con furia). Los ojos de Pep perdidos sobre el césped, serio, mientras los equipos regresaban del descanso. El Atleti ya había consumido 45′ de estos cuartos planteados a 180′. Pero, si la primera parte había sido de mostrar las cartas, la segunda sería de jugarlas. Enseguida se vio otra intención. Gündogan lograba colarse en el área para buscar el disparo en el primer minuto. Desvió Savic. Respondió el Atleti con una contra, pero la moto de Llorente andaba sin gasolina. Comenzaba a encender De Bruyne su linterna entre líneas. De jugada ensayada hurgó Guardiola en la frontal, después de una falta de Reinildo a Mahrez que terminó con otra. Ahora De Bruyne, Cruella, disparó y obligó a Oblak por bajo. Los milagros del portero no podían faltar en la noche, el candado. San Jan no blocó pero dio igual: con el pie espantó el peligro de su área, cuando hacia la pelota corría Rodrigo. A balón parado, también buscó Laporte, con un cabezazo fuera por un palmo.

Step outside, because summertime is in bloom (da un paso y sal, el verano está floreciendo). Si a la hora el Cholo introducía un triple cambio (Correa, Cunha y De Paul), en el 69′ lo hacía Pep. Como el Plan A no había funcionado, adentro el B: Grealish, Jesús y Foden. El último fue el hombre: la gota de agua que estalla la piedra, la pizarra del Cholo. Sólo tuvo que bailar con De Bruyne. Recibió entre líneas y encontró un pasillo entre las piernas de Reinildo para enviarle un balón y que descerrajara el candado, encontrara el gol. Siguió el partido a lo suyo. El City toca y toca, pero más tranquilo, ya sin prisa. El Atleti herido pero en pie, con la vuelta, casi, donde la quería Simeone. Y con la cabeza ya en Madrid y esa otra canción de Oasis para el día. Today is going to be the day (Hoy va a ser el día). Eso.

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